le pregunto si me regala unas imágenes. le digo que son para mí. que me gusta hacer fotografías a la gente que se la rifa en la calle. a los que aventuran el corazón entre cada semáforo en rojo. a los que retienen la sorpresa y provocan que la mirada de los niños salga rebotando por la ventana de los autos sin importar los malos tiempos. pues va –me dice-. a mí me gusta que me tomen, que me graben. y neta, me gusta un chingo realizar mi chamba. la gente viene con un montón de estrés y pedos encima. tanto desmadre familiar y laboral y sentimental y gubermanetal. y todavía tienen que esperar a que el canijo tráfico se disuelva en una esquina. y entonces me gusta que se lleven un instante grato. que digan que cagado payaso, ya me hizo soltar lo que yo tenía atorado ahí, al final de mi tristeza, la sonrisa. y luego de los disparos, de abrir cerrar el lente y de una plática extensa ahí queda el artista urbano. crayolado del rostro. sorteando el tiempo. entre canciones monótonas y luces neónicas integrando el paisaje. malabarendo el fuego. sacando la lengua. guiñando el ojo. estirando los labios y extendiendo la mano en espera del peso que cae y el que no. (ver más fotos de caretín y boggie-boogie)
- jesús hernánez flakko
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