VOCES DE LA POESÍA SUECA CONTEMPORÁNEA
por Lilian Fernández Hall*
por Lilian Fernández Hall*
Muchos de los actuales poetas de Suecia han surgido y tienen aún contactos con la llamada “Poesía en Voz Alta”, “Poesía Slam” o “Palabra Hablada”, modalidad poética que ha tenido gran repercusión en los países nórdicos. La Poesía Slam (Poetry Slam) es una forma de presentar poesía que fue iniciada en 1986 por el poeta norteamericano Marc Smith (http://www.slampapi.com/). La idea de Smith, que surgió con la finalidad de entretener a los parroquianos del club de Jazz “The Green Mill” de Chicago, fue la de poner en escena una especie de competición poética, donde los mismos autores realizarían una lectura o recitación de sus textos que sería evaluada, a través de un sistema de puntos, por miembros de un jurado seleccionado al azar entre el público presente durante el evento. Los poetas participantes contaban con tres minutos para leer/recitar sus textos y el premio fue inicialmente una suma de dinero. El término “Poetry Slam” refiere a los torneos Grand Slam deportivos, y la iniciativa de Marc Smith (aficionado al béisbol y el boxeo) surgió para dar un poco de vida a los aburridos recitales tradicionales de poesía, donde muchos autores leían mecánicamente sus textos sin crear ningún tipo de contacto con el público presente. La jerga deportiva no se limitó a la denominación de esta forma de perfomance, sino que se utilizó también para denominar a los jurados (“judges”) y al lapso de tiempo estipulado para transmitir los textos: “rounds” de tres minutos, al igual que los del boxeo.
Esta modalidad de poesía “live” o Poesía Viva fue creciendo y haciéndose cada vez más popular hasta alcanzar un amplio desarrollo en todo el territorio de los Estados Unidos durante los años noventa. 1990 fue justamente el año en que se llevó a cabo el primer campeonato norteamericano de Poesía Hablada. Los certámenes de Poesía Slam presentaban muchas ventajas con respecto a los tradicionales recitales de poesía: por un lado, una revitalización de la tradición oral, donde la comunicación y el contacto directo con el público es fundamental; pero además abría las puertas a muchos jóvenes procedentes del mundo del punk, el hiphop y la música de rock, para los cuales los concursos de Poesía Slam significaron la posibilidad de darse a conocer y de dedicarse a la poesía sin tener necesariamente que canalizar sus textos como letras de canciones. Para muchas personas, jóvenes y no tanto, que soñaban con una perfomance sobre la escena, fueron los Poetry Slam el espacio propicio para desarrollar sus talentos y muchas personas interesadas por la poesía, pero que quizás veían a esta forma de expresión como algo destinado a un público reducido, elitista o demasiado intelectual para su gusto, encontraron en estos eventos un espacio alternativo a los foros académicos. Los lugares físicos donde se desarrollaron los Poetry Slam fueron variados desde un principio: bares, cafeterías, sótanos de iglesias, locales de distinto tipo; y el público participante era inusualmente activo: por medio de aplausos, silbidos, abucheos o vítores, demostraba claramente su dinamismo y su influencia en el desarrollo del espectáculo.
Y éste fue otro de los aspectos revolucionarios de los espectáculos de Poesía Slam: la inclusión no sólo de un nuevo grupo de poetas, sino también un nuevo tipo de público, distinto al tradicional y reducido público lector de poesía. Aquí la poesía se transformó en algo vital, dinámico, apasionado, inmediato, que ofrecía a los oyentes un papel protagónico y que atrajo grupos que tradicionalmente no se sentían ligados a la poesía. Muchos han interpretado -con una suerte de ingenuidad política- el espíritu popular y comunitario de los Slam como una expresión artística de la clase trabajadora, afirmando que aunque un poeta escribiera incorrectamente desde el punto de vista gramatical, o con faltas de ortografía, podía igualmente ser exitoso en un certamen de Poesía Slam. Marc Smith decía, sin embargo, que el éxito se debía a que el Slam reunía el arte interpretativo con el poético, y que a esta perfomance se le agregaba la emoción y el nervio de toda competición. Para diferenciarlo de otro tipo de actuación, ya sea teatral o musical, en los Slams de poesía no se permitió el uso de acompañamiento musical ni de ningún vestuario o accesorio adicional. Tampoco se permitió cantar los textos sino sólo su transmisión hablada. El poeta debería encontrarse con su público solamente con un micrófono de por medio, y así crear un atmósfera propicia, en solamente tres minutos.
Los críticos de la Poesía Slam afirman que este tipo de interpretación favorece a los creadores poseedores de un fuerte carisma personal y que en la evaluación de los textos se premia más al “espectáculo” de transmisión de los textos que a la calidad literaria de los mismos. Por su parte, los defensores de esta forma de comunicar poesía aducen que esta modalidad ha logrado interesar a muchas más personas que las formas tradicionales de transmisión de poesía (presentaciones de libros, recitales) y que es liberador el hecho de que personas comunes y corrientes puedan ejercer de “jurados” de las competiciones de Slam Poetry. Los concursos de Poesía Slam se han propagado con éxito en muchos países de Europa, Asia y América Latina, donde esta modalidad poética sigue muy viva. Desde hace unos años, se realiza en México, por ejemplo, el festival de la UNAM llamado “Poesía en Voz Alta”, que retoma claramente las raíces de los Slam norteamericanos, y recientemente (marzo del 2007) se realizó el Primer Slam de Poesía de México en la taberna Red Fly de la Colonia Roma.
Poetry Slam en Suecia
El poeta sueco Erkki Lappalainen fue quien introdujo la poesía escénica o Poesía Slam en Suecia en 1995. En 1992, mientras realizaba una gira por los Estados Unidos -visitando Nueva York, Boston, Cleveland y San Francisco- Lappalainen entró en contacto con Marc Smith, y luego de una perfomance en el ya legendario The Green Mill en Chicago, ante un salón colmado, el poeta sueco prometió a Smith traer a Suecia las competiciones de Poesía Slam. En 1993, se fundó en San Francisco la IOPP (International Organization of Performing Poets), y Erkki Lappalainen fue elegido como su primer presidente.
En julio de 1995, e impulsado por Lappalainen, se realizó el Primer Campeonato Nacional de Poesía Slam en Suecia, en las afueras de la ciudad de Falkenberg. Compitieron doce poetas jóvenes, entre los que se contaban desde principiantes hasta nombres reconocidos. Ganador resultó el poeta Bob Hansson, quien luego viajaría a los Estados Unidos para participar del Campeonato Abierto de Ann Arbour en Michigan. Ya el año siguiente, en el concurso realizado en la localidad multicultural de Rinkeby, el certamen de Poesía Slam había cobrado renombre y la participación fue mucho más nutrida, contándose también con amplia cobertura de parte de los periódicos, la radio y la televisión sueca. En 1997, el campeonato sueco se realizó en Estocolmo, y la poeta suecofinlandesa Solja Krapu resultó ganadora. En el 98, Suecia celebra la llamada Primera Olimpíada Poética, con la participación de poetas de varias partes del mundo, de la cual sale triunfador el americano Gary Mex Glazner. Desde entonces y hasta la fecha, los campeonatos nacionales de Poesía Slam se realizan anualmente en distintas ciudades de Suecia, donde se puede concursar de manera individual o en grupo, en equipos de entre 3 y 5 personas. Las reglas son las mismas que ideara Marc Smith: un “round” de tres minutos y tres personas seleccionadas de entre el público como jueces. También se utiliza la modalidad del “duelo”, donde dos poetas “compiten” entre sí y el que obtiene más puntos continúa en el certamen. La modalidad de Poesía Slam, también llamada Spoken Word (Palabra Hablada) o, en sueco, Estradpoesi (Poesía de Escenario), ha dado origen a la formación de numerosos grupos de poetas Slam, festivales de Poesía Hablada, antologías de poetas Slam, grabación de discos y hasta un manual de reglas de las competiciones o Poetry Slam. Muchos de los actuales jóvenes talentos de la poesía sueca han iniciado su carrera como Poetas Slam. El campeonato del 2008 se realizará en la ciudad de Halmstad entre el 20 de abril y el 3 de mayo de este año. Los organizadores y poetas encargados del Poetry Slam en Suecia suelen, sin embargo, hacerse eco de la famosa frase del maestro del Slam norteamericano Alan Wolf: “el punto no es el puntaje; el punto es la poesía”.
Solja Krapu, Bob Hansson y Daniel Boyacioglu son tres poetas muy activos en la vida literaria de Suecia y su labor poética ha estado estrechamente ligada a los Poetry Slam. Estos escritores, nacidos respectivamente en 1960, 1970 y 1981, demuestran la amplitud y la vigencia de este movimiento poético en el país nórdico. Dos hombres y una mujer, de distintas edades, de distintas procedencias y residentes en distintos puntos del país.
Paréntesis
no estábamos de acuerdo
no les parecía que yo viajara
nadie dándome la bienvenida
por qué me la darían
yo no me consideraría en destino
compañeros de viaje
que no hacen el mismo viaje
sonríen y yo les sonrío de vuelta
ni siquiera cuando compro café
me quito los audífonos
puesto que sé lo que cuesta
por cada mentira adquirida
consigue algo a que llamar verdad
el tiempo una invención
pero el viaje verdadero
en todo caso el vivido
nadie dándome la bienvenida
por qué me la darían
yo no me consideraría en casa
Daniel Boyacioglu (Estocolmo, 1981)
Poemas de: Gråter aldrig samma tårar två gånger (Nunca lloro las mismas lágrimas dos veces).
Estocolmo, W&W, 2004. Versión al español de Lilian Fernández Hall
Estocolmo, W&W, 2004. Versión al español de Lilian Fernández Hall
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*Lilian Fernández Hall. Bibliotecaria, traductora y cronista argentina residente en Suecia. Egresada de la carrera de Letras de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Colabora en diversas publicaciones, impresas y digitales, de América Latina y de Europa. Corresponsal en Suecia del Expreso Latino de Roma. Trabaja actualmente en una biblioteca pública con especialidad en literaturas extranjeras y coordina un círculo de lecturas en español en el Instituto Cervantes de Estocolmo.
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