1 Después de los 30: renunciar a todo maestro. Des-paparse. Y su concomitancia: el pataleo parricida. Cada uno señor o señora de sí mismos.
2 Las ideas ajenas son temores. La crítica independiza: encargo de ser intrépidos. Invención de otras tesis: magia del argumento. La crítica crea conceptos. Decir que un libro es bueno o malo es mera interjección capitalista. La crítica formula nociones inéditas a propósito de obras magníficas.
3 Ya que criticar=investigar, la opinión es el primer piso de la crítica. Pero su cimiento es la discusión y su segundo piso, la filosofía. Quien cree que informar al público cuáles son sus gustos es crítica, no escribe: repta.
4 Como puesto laboral, la crítica es cómoda. Juzgar el trabajo de otros nos hace zoilos. Si el crítico se ejercita es para tener obra creativa. Si su creación no está a la altura de su crítica, nunca fue crítico.
5 Todo crítico comienza a serlo por motivos temperamentales. Pero, al crecer, ya no debe ser arrastrado por sus hábitos sentimentales. O amistades inconclusas. Debe distanciarse de tales pasiones. No tomarlas por naturales o universales. La crítica es la invención de otros afectos. Lo que llamamos valores son emociones pretéritas.
6 La crítica es disensual. Al contrario de lo que cree el consenso, la crítica no canoniza. Se estudia la historia para entender cuáles son sus aciertos e inercias. E ir más allá. El canon es la doxa. Cuya fiesta es el tedio. La crítica, en cambio, vuelve al arte y las letras desconocidas.
7 Épocas decadentes son épocas estéticas. La estética es la ética que se detuvo. Lo estético es cadavérico. La ética continúa y la estética se vuelve, entonces, su lastre. La crítica es el motor de la ética. La crítica frena la inercia estética que posee (a) una época.
8 Escribir es quehaceroso y criticar, metanoico. Es el paso hacia una fase superior de vida y conciencia. La crítica no construye textos. Construye individuos (lo individual es lo indivisible). La crítica ocurre cuando la vida ya no se encuentra en otra parte. La crítica consigue que el presente se convierta en el cielo de la ética.
9 El estilo es la prueba de que el hombre trabajó en sí mismo. Y depender del estilo, la evidencia de que el hombre ha dejado de trabajarse.
10 La crítica es la autoconstrucción de nuevos sujetos. El crítico, ante todo, se ahonda para eliminar todo vicio que corrompa su espíritu. Ya que el oportunismo domina a los presuntos críticos y ellos no sospechan que la crítica es una disciplina espiritual idéntica a la ética, en épocas profanas la crítica es rarísima.
P.D.: este decálogo mañana será estética. Y alguna ética más ardua la superará y en el porvenir la crítica se convertirá en una religión para adorar la inteligencia. La crítica es la tierra de la divina ética.
2 Las ideas ajenas son temores. La crítica independiza: encargo de ser intrépidos. Invención de otras tesis: magia del argumento. La crítica crea conceptos. Decir que un libro es bueno o malo es mera interjección capitalista. La crítica formula nociones inéditas a propósito de obras magníficas.
3 Ya que criticar=investigar, la opinión es el primer piso de la crítica. Pero su cimiento es la discusión y su segundo piso, la filosofía. Quien cree que informar al público cuáles son sus gustos es crítica, no escribe: repta.
4 Como puesto laboral, la crítica es cómoda. Juzgar el trabajo de otros nos hace zoilos. Si el crítico se ejercita es para tener obra creativa. Si su creación no está a la altura de su crítica, nunca fue crítico.
5 Todo crítico comienza a serlo por motivos temperamentales. Pero, al crecer, ya no debe ser arrastrado por sus hábitos sentimentales. O amistades inconclusas. Debe distanciarse de tales pasiones. No tomarlas por naturales o universales. La crítica es la invención de otros afectos. Lo que llamamos valores son emociones pretéritas.
6 La crítica es disensual. Al contrario de lo que cree el consenso, la crítica no canoniza. Se estudia la historia para entender cuáles son sus aciertos e inercias. E ir más allá. El canon es la doxa. Cuya fiesta es el tedio. La crítica, en cambio, vuelve al arte y las letras desconocidas.
7 Épocas decadentes son épocas estéticas. La estética es la ética que se detuvo. Lo estético es cadavérico. La ética continúa y la estética se vuelve, entonces, su lastre. La crítica es el motor de la ética. La crítica frena la inercia estética que posee (a) una época.
8 Escribir es quehaceroso y criticar, metanoico. Es el paso hacia una fase superior de vida y conciencia. La crítica no construye textos. Construye individuos (lo individual es lo indivisible). La crítica ocurre cuando la vida ya no se encuentra en otra parte. La crítica consigue que el presente se convierta en el cielo de la ética.
9 El estilo es la prueba de que el hombre trabajó en sí mismo. Y depender del estilo, la evidencia de que el hombre ha dejado de trabajarse.
10 La crítica es la autoconstrucción de nuevos sujetos. El crítico, ante todo, se ahonda para eliminar todo vicio que corrompa su espíritu. Ya que el oportunismo domina a los presuntos críticos y ellos no sospechan que la crítica es una disciplina espiritual idéntica a la ética, en épocas profanas la crítica es rarísima.
P.D.: este decálogo mañana será estética. Y alguna ética más ardua la superará y en el porvenir la crítica se convertirá en una religión para adorar la inteligencia. La crítica es la tierra de la divina ética.
1 comentario:
Buenísimo texto de Yépez.
Es el único crítico del lamentable Laberinto. Mario Suárez
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