"Remodelación" del centro de Tuxtla Gutiérrez

Tuxtla Gutiérrez, Chis.- Inconclusa y con absurdos, la remodelación del Centro de Tuxtla Gutiérrez plasmó en concreto y adoquín la sordera de quienes participaron en la ejecución de obra.
Como resultado, aún hay calles intransitables, otras sin cableado subterráneo y comerciantes que, al resentir en sus bolsillos el repetido “ya merito”, ven incierto el anunciado renacer del primer cuadro de la capital.
“Que viva el centro” fue la carta de presentación de Seth Yassir Vázquez Hernández en la política estatal, y demostró que para modernizar una ciudad se necesitan decisiones técnicas fundamentadas o, de lo contrario, será improvisada.



En números, el Proyecto Integral de Mejoramiento Urbano al Primer Cuadro costó, según el portal electrónico del Ayuntamiento, 200 millones de pesos; 100 millones aportados por el gobierno del estado y 100 por el municipal.
La transformación total incluiría un total de 163 mil 473.97 metros cuadrados de vialidades y 28 mil 848.26 metros cuadrados de banquetas, además de la instalación de mobiliario en concreto tipo cantera y la siembra de árboles nativos de especies como nambimbo, primavera y flor de mayo.
También la instalación de una nueva red de cableado subterráneo para las líneas eléctricas, de teléfono y televisión por cable, cosa que ha la fecha no ha ocurrido, así como la reconstrucción del drenaje sanitario y agua entubada.
La noche del jueves 3 de agosto de 2011, Yassir Vázquez puso en marcha la obra, de la 5ª Sur a 5ª Norte y de la 4ª Oriente a 4ª Poniente, que daría como resultado un centro moderno y funcional con beneficios tangibles como la recuperación de agua, el mejoramiento de los servicios públicos, el incremento de las ventas comerciales y el reforzamiento de la seguridad.
Lo anterior sumado a la promesa de tenerlo concluido en los primeros días de diciembre, generó altas expectativas, pero a cuatro meses de la fecha señalada es evidente que las cosas no salieron como se esperaba, entonces ¿Qué falló?
“La planeación es fundamental, pero muchos de nuestros gobernantes hacen poco caso en este punto”, coinciden los arquitectos Gustavo Alejandro Acuña Serrano y Carlos León Chanona.
Con más de 20 años de experiencia, Alejandro Acuña Serrano, expresidente del Colegio de Arquitectos Chiapanecos, creador de las bienales de arquitectura en Chiapas y muchas veces galardonado en las mismas a nivel nacional, dice que es lamentable el rostro de la capital.
“La planeación la dejan al último, les importa hacer obra, por eso somos una ciudad de improvisaciones diseñada al gusto de quien la gobierna, sin proyectos integrales ni con visión a 10 o 20 años”.
Dice “no ver” que los proyectos estén ordenados “no los piensan para generar condiciones de vida dignas en los próximos años, sobre todo, me preocupa la enorme falta de respeto que tienen hacia el medioambiente.
“¿Qué necesita la capital? Planeación. Es complejo, pero no basta con visiones parciales, al hacer esto no se tomó en cuenta el sistema de movilidad, no se estudió cómo y en qué transportes se mueve la gente; por ejemplo, habían en el primer cuadro centrales de transporte, lo único que se hizo fue trasladar el caos al oriente.”

DEL SURESTE, LA FEÍTA
El arquitecto Carlos León Chanona, con maestría en Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial y exregidor del Ayuntamiento de esta ciudad, ejerce una crítica por lo hecho y lo desecho durante los últimos meses.
—¿Cómo ve lo hecho aquí y lo realizado en otras ciudades del sureste?
—Tuxtla es la ciudad con la peor imagen urbana del sureste. Vayan a Mérida, a Villahermosa, se ven limpias. Pocas ciudades he visto tan horribles por la contaminación con anuncios y eso contrasta con el patrimonio natural que nos rodea; el deterioro es terrible, anuncios en todas partes, pósters, espectaculares, pantallas…
En su opinión, aunque bien intencionado y hasta necesario, lo realizado adolece de la inclusión de opiniones, especialmente la de colegios, hecho que explica el retraso en las obras.
“Las cosas debieron hacerse diferentes, darle más jerarquía a ciertos servicios, por ejemplo, no pusieron colectores de aguas pluviales y con los materiales usados, creo que tendrán problemas serios de mantenimiento.”
—¿Qué errores ve y qué consecuencias podría tener?
—Los cruces peatonales están pulidos y eso provocará choques, lo mismo hicieron en rampas lo cual causará que la gente resbale. Desgraciadamente usaron concreto de color, así que el día que tengan que hacer una ruptura yo veo difícil que lo puedan igual, así que estará todo parchado.
—¿Algo justifica que hayan hecho eso?
—El pulido de los cruceros no se justifica para nada. Al parecer la intención es esgrafiar, quizá eso le dé un poco de textura, pero es sobrecosto.
“En cuanto a las rampas, es un error técnico y el uso de color… pues como si nunca fueran a tocarlo, debieron dejarlo o usar un adoquín similar al de la Avenida Central que puede levantarse.”
—¿Y qué me dice del ampliado de banquetas?
—La intención es buena, darle más preferencia al peatón, pero provocará que los comercios que dependan del vehículo salgan definitivamente del centro porque no podrán operar de manera adecuada.
—Como urbanista ¿Cree que existen otros elementos que no concuerden con un diseño que armonice esta parte de la ciudad?
—En el Parque Central colocaron cubos, que en lo personal considero que no son para nada agradables, pudieron haber usado bancas como las del parque Bicentenario, las que colocaron en las banquetas son de mármol y con el tiempo se pondrán amarillentas tipo tumbas de panteón, me parece que no es compatible con lo que se pretendía.
“Pero bueno, en lo del parque… supongo que no quedará así, que todavía no han terminado.”
—¿Era posible armonizar tanto el Parque Central como el de la catedral, llama la atención el contraste entre ambos?
—Nuestra ciudad tiene un problema de estilo. No es colonial ni contemporánea, lo que pasa es que ha sido desvastada derruyendo todos sus edificios y por eso nos hemos quedado con un estilo a medias; además la falta de continuidad en las administraciones hace que cada una pinte del color que quiere.
—¿Coincide con la apreciación del arquitecto Acuña Serrano de que Tuxtla no tiene un rostro definido, tiene algún estilo arquitectónico?
—Bueno, no es un estilo Art Decó porque tenemos edificios de diferentes años, así que todos son contemporáneos, el palacio de gobierno es nuevo, la iglesia fue derrumbada y reconstruida con un proyecto que no es original sino que copia el modelo de arquitectura de los altos… no tenemos realmente un estilo, yo la considero moderna.
—Precisamente han propuesto utilizar casas o terrenos abandonados para hacer estacionamientos…
—Yo no creo que se requiera construir más estacionamientos, sobre todo porque anda por ahí otra idea desastrosa de convertir el Parque Central en un estacionamiento, me parece que la iniciativa privada ya anda ofreciendo cajones de estacionamiento por todos lados. Hay que motivar a quienes los tienen a construir edificios verticales y así ofrecer más espacios.”

RUPTURA CON LOS QUE SABEN
Aunque en un principio el Ayuntamiento se acercó a los colegios de arquitectos e ingenieros, y éstos enviaron propuestas y observaciones, la relación no duró muchas semanas y finalmente el gobierno municipal decidió hacer las cosas por su cuenta.
Según Chanona “la comunicación un día se rompió, en el fondo no quisieron modificar lo que para ellos parecía bien, nosotros no estábamos de acuerdo con algunas cosas, propusimos, pero el diálogo se fracturó”.
“Al paso de las semanas vimos que el proyecto se desvió en su totalidad de lo que nosotros como colegio sugerimos.”
—Háblenos de las propuestas…
—Que la primera poniente fuera más peatonal hasta el río Sabinal, creando un corredor porque creemos que a futuro esa vialidad debiera cerrarse ciertos días para que la gente camine.
“También propusimos que el Conejobus se desplace de norte a sur y viceversa en la Calle Central, hacerla de doble sentido sólo para el transporte, que en la tercera oriente la preferencia la tuviera el vehículo y concentrar al transporte que llega al mercado, pero tampoco escucharon esta posición; en fin es una serie de ideas que en su mayoría no escucharon.”
La discrepancia es mayor cuando se contrastan opiniones sobre el avance de la obra.
—¿Qué opina respecto a lo que dice el Ayuntamiento de que la obra tiene un avance del 95 por ciento?
—… No creo. Definitivamente no. Debe ser de la reconstrucción de banquetas… no han metido cableado, no hay control sobre los anuncios, no, el proyecto no está terminado, hay que verlo terminado para saber si es funcional.
—¿En qué porcentaje diría que se encuentra?
—Yo creo que un 70 por ciento porque le faltan muchas cosas. Creo que es una obra demasiado inconclusa.
También resalta los absurdos de la obra, como por ejemplo, no haber tomado en cuenta la Calle Central “¡No se rehabilitó y eso es un absurdo! Cuando menos el pedazo que corresponde a la Avenida Central, ni qué decir del drenaje y las tuberías, se supone que ése era el objetivo”.
Lejos de haber reconstruido calles, colocado adoquines, ampliado banquetas y colocado mobiliario al estilo panteón, para este arquitecto lo preocupante es que el desorden y la contaminación no fueron tocados.
“Nada hicieron por quitar los anuncios ni por regular al ambulantaje, en lo que a nosotros nos enseñaron no aparecían anuncios como los que hay; lo más difícil es el ambulantaje, si no lo solucionan eso será un rotundo fracaso.”
En 1978 el Colegio de Arquitectos Chiapanecos propuso al gobierno en turno un proyecto de remodelación del centro de la ciudad, tomando como ejemplo a Villahermosa, Tabasco y peatonalizar la primera poniente. Tampoco se les escuchó.
“Creo que políticamente lo quisieron hacer muy rápido, el problema fue en cómo se ejecutó la obra y todo se volvió una zona de guerra que impactó al comercio… eso ocasionó un desastre.”
Con el correr de los días, los atrasos, las bajas ventas e incomodidades, dieron paso a la molestia. Hace algunos días en la esquina de la cuarta sur y segunda oriente sendas mantas fueron colocadas exigiendo el cumplimiento de una promesa anunciada con bombo y platillo… spots y pendones.
Pocas veces una administración dio tanto de qué hablar en tan poco tiempo, porque como bien lo señalan ellos mismos, los resultados están a la vista.
—Dígame ¿Qué le parece la situación actual de algo tan prometido y autoelogiado?
—Tuxtla no puede esperar más, no es una ciudad para aguantar ese tipo de decisiones. Deben estar fundamentadas para no destruir nuestro funcionamiento.
—¿Ve a los tuxtlecos apáticos?
—No creo, no. Tal vez no se ha manifestado, pero no creo que sea apático.
—¿Aguanta mucho?
—Tiene temor. Ahorita tiene temor, pero no es apático.


Enviado por raquino el 16 Abr 2012 - 00:57.
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